31 julio 2006

Reflexión - Astronomía

Hace dos noches estaba tumbado en la playa, con los brazos cruzados bajo la cabeza y los ojos pérdidos entre las estrellas. Creí encontrar esa constelación que deletrea tu nombre, pero tengo que admitir que no estoy seguro de que fuese esa... porque acabé encontrandote en varios rincones del universo.

Sabía que antes de irme pasaría una estrella fugaz, solo una, que me concedería un deseo ¡Y al final pasó! No se porque me siguen cogiendo por sorpresa esas estrellas que espero. La ví y lo único que supe pedir eras tu.