08 febrero 2006

Reflexión - Dame la espalda

Tumbate conmigo, que la cama es demasiado grande. Y demasiado fría. Dame la espalda. No para alejarte, sino para me pueda unir a ti en un abrazo suave. Déjame sentir el calor de tu cuerpo en mi pecho. Siente como mis dedos te peinan cariñosos para colocar tus cabellos detrás de esa pequeña oreja, como si así pudieses escuchar mejor lo que te digo sin palabras. Recibe en silencio mi beso en el cuello y deja que mis brazos te cubran, no vaya a ser que desaparezcas mientras duermo. Deja que mis yemas rocen tus pechos ardientes y cuela uno de tus pies frios entre los mios, que te perdonaré por enfriarlos...

Y duérmete...

Que yo me quedaré unos minutos más en este lado respirando tu pelo y agradeciendo esta cálida paz.