Reflexión - Nudos
La mayoría de la gente usa los nudos para atar cosas, para evitar que se muevan o se pierdan... Excepto los marineros, que hacen nudos imposibles para distraerse entre ola y ola.
Recientemente he descubierto un nuevo tipo de nudo, que no sirve para atar, sino para amar, para sentir, para sentir que dos seres forman uno solo. Es el nudo que hacemos tu y yo, yo y tu, en la cama, cuando sin saber porque uno de mis brazos se cuela bajo tu cuello y te acaricia el hombro mientras una de mis piernas se abre camino entre las tuyas para enroscarse de la forma más informe, mi otro brazo se desliza bajo el peso de tu cuerpo, por la espalda, hasta la nuca donde los dedos que lo acompañan se enmarañan en tu pelo. Mi cuello se alarga y busca donde anudarse a lo largo de tu tu pecho y acaba encontrando su lugar en tus labios.
Creo que he descubierto el único tipo de nudo que no quiero aprender a deshacer.

